Nuestra Madre Defensora:

En esta página quisiera comentarte brevemente algunos detalles preciosos e impactantes sobre Nuestra Madre Amorosa. Creo que esto nos da fuerza y confianza para triunfar en los problemas de la vida. María está siempre ahí, lista para ayudarnos y defendernos.

Como le dijo ella misma a Juan Diego: "¿No estoy aquí, yo,que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y mi resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?"

¡Que palabras tan maravillosas! Y que fueron dichas para todos los que la invoquen.

María lleva enemistad eterna con el mal, como lo podemos leer en Génesis (3, 15). Ella no tiene pecado por lo que el mal no puede nada contra María. Ella es la única persona capaz de pisarle la cabeza al mal, como lo leemos en Génesis.

Así, tenemos ejemplos incontables de cómo el demonio tiembla y se retuerce tan solo al escuchar el nombre de María.

En un hermoso devocionario a la Virgen, leemos varios ejemplos de como algunos Santos estuvieron a punto de caer en graves tentaciones, pero al encomendarse a la Virgen el demonio huyó y no los tentó más. Otros ejemplos mencionan que estando ciertas personas al borde de la muerte, eran atormentados por demonios que les recordaban sus pecados, pero cuando la gente alrededor del enfermo rezaba el rosario, el enfermo veía que los demonios se iban retirando.

San Bernardo afirma que "Ante el solo nombre de María, ya tiemblan los demonios".

La Virgen Santísima nos ama como hijos suyos, por eso debemos encomendarnos a ella, que es nuestra Madre. Tal y como lo dice esa hermosa oración:

Oh Señora y Madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti, y en prueba de mi afecto de hijo, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.


Volver al Indice General de María