Inmaculada Concepción:

Cuando se habla del dogma de la Inmaculada Concepción, a veces la gente piensa que se trata de cuando María concibe a Jesús por Obra y gracia del Espíritu Santo, pero esa es más bien la Milagrosa Concepción.

La Inmaculada Concepción se refiere a que María fue concebida por sus padres, Joaquín y Ana, de la manera en que se conciben los bebés, pero mediante una singular gracia de Dios, fue preservada de toda mancha del pecado original. Eso es precisamente lo que significa la palabra “Inmaculada”: Sin Mancha.

Desde la desobediencia de nuestros padres originales, Adán y Eva, el pecado entró al mundo y todos nacemos con la mancha del pecado original. No así María, pues como decía Santo Tomás: “A los que Dios elige para una misión determinada los prepara… la Virgen María fue elegida por Dios para ser la madre del Hijo de Dios, y no puede dudarse que la hizo perfecta para semejante misión”.

¿Qué nos dice la Biblia sobre esto? En el Antiguo Testamento se nos dice: “Hará que haya enemistad entre ti y la mujer…” (Gn 3,15). La palabra “enemistad” entre el diablo y la mujer afirma que la mujer, María, no poseerá el pecado y, por tanto, se le excluye, libre de cualquier unión original con el mal. La única mujer capaz de pisarle la cabeza al mal, capaz de destruirlo
es María, por medio de su descendencia: Cristo, ya que ella es libre de pecado.

En el Nuevo Testamento, en Lucas 1,28 leemos que cuando el ángel llega y la saluda, le dice: “Ave, gratia plena, Dóminus tecum”, esto es, “Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Aquí vemos claramente que María es llena de gracia desde su concepción, pues de lo contrario, el ángel le hubiera dicho “Serás llena de gracia” (antes no pero ahora sí), pero no fue así, lo que le dijo fue “Llena de gracia” (desde siempre). Y esto también nos debe hacer reflexionar que, si Dios manda a las creaturas del cielo que saluden de esa forma a María, como nunca antes se había saludado a otro ser ¿no debemos nosotros, las creaturas de la tierra, saludarla de igual manera?

San Justino mencionó: “Eva siendo virgen concibe la palabra del demonio y da a luz a la desobediencia. Eva por esto es esclava, portadora del pecado”. “María concibe la fe y la alegría en el mensaje del ángel y de Cristo al mundo. María es libre de pecado y portadora de la gracia”.

Fue preservada por singular privilegio de Dios y en virtud de los de Jesucristo de toda mancha de pecado original.

María recibió anticipadamente la redención por parte de Jesucristo.

El Padre Karl Keating, quien actualmente apoya con comentarios en la estación católica de televisión EWTN, frecuentemente usa este argumento: (1) Jesús, siendo Dios, no era capaz de pecar. (2) María era capaz de no pecar y no pecó. (3) Adán y Eva eran capaces de no pecar, pero pecaron. (4) Nosotros no somos capaces de no pecar.

El dogma en la vida del cristiano: María es libre de pecado desde el primer momento de su concepción. María  es llena de Gracia y sabe conservar esta gracia. El cristiano es libre de pecado desde que recibe el Sacramento del Bautismo. Está lleno de gracia y llamado, al igual que María, a conservar la gracia en su persona.


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