- Ritos de Introducción.
Para hacer que los fieles reunidos constituyan una comunidad y se dispongan a oír como conviene la Palabra de Dios y a celebrar dignamente la Eucaristía. El sacerdote, in persona Christi preside la asamblea y todos tienen parte activa en la celebración.
- Liturgia de la Palabra.
- Escritos de los Profetas (Antíguo Testamento).
- Memorias de los Apóstoles (Cartas y Evangelios).
- Homilía (el sacerdote nos explica las Lecturas y nos hace meditar sobre estas enseñanzas).
- Intercesiones (Como dice San Pablo en 1 Tm 2, 1-2: "Ante todo, recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad").
En la proclamación de estas lecturas tomadas de la Sagrada Escritura, que más tarde desarrolla la homilía, Dios habla a su pueblo, le descubre el misterio de la Redención y Salvación y le ofrece el alimento espiritual; y el mismo Cristo, por su Palabra, se hace presente en medio de los fieles. Esta Palabra divina la hace suya el pueblo con sus cantos y mostrando su adhesión a ella con la profesión de fe; y una vez nutrido con ella, en la oración universal, hace súplicas por las necesidades de la Iglesia entera y por la salvación de todo el mundo.
- Presentación de las Ofrendas.
- El pan y el vino para la Eucaristía.
- Acción de gracias.
- Colecta.
Se presentan en el altar el pan y el vino con agua, es decir, los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos. Desde el principio de la cristiandad, junto con estas ofrendas para la Eucaristía, los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad:
...los que son ricos y lo desean, cada uno según lo que se ha impuesto; lo que es recogido es entregado al que preside, y él atiende a los huérfanos y viudas, a los que la enfermedad u otra causa priva de recursos, los presos, los inmigrantes y, en una palabra, socorre a todos los que están en necesidad. (S. Justino, apol. 1, 67,6)
- Comunión.
Es el momento culminante de toda la celebración, cuando el pan y el vino son convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, a través de la Consagración.